Campirela
nos propone este reto:
“¿Qué secretos
guarda el Manuscrito Voynich?
No sabemos
cuándo, dónde ni quién escribió el Manuscrito Voynich, pero hay un
misterio aún mayor por resolver: no tenemos ni idea de lo que dice. El texto,
acompañado de tablas astrológicas, ilustraciones de plantas extrañas y mujeres
desnudas, posiblemente embarazadas, que salen de tubos y embudos o se sumergen
en fluidos verdes, está compuesto por un sistema de escritura que no aparece en
ningún otro documento u objeto que hayamos descubierto hasta ahora. Algunos,
como el difunto criptógrafo del ejército estadounidense William Friedman, creen
que el Voynich fue escrito en un lenguaje sintético. Otros piensan que el manuscrito
utiliza una lengua muerta como el proto-romance, precursor del latín vulgar
(aunque esa afirmación fue muy controvertida), o que podría estar escrito
en algún tipo de código
Desde que el
librero Wilfrid Voynich encontrara el documento en 1912, oculto en un legajo de
manuscritos medievales que había comprado a un colegio jesuita, el libro y su
complicada historia se han estudiado y analizado obsesivamente. La datación por
carbono 14 lo sitúa a principios del siglo XV y se cree que perteneció a un emperador
del Sacro Imperio Romano Germánico, un alquimista, un afamado médico bohemio y,
posiblemente, al ocultista y astrólogo de la corte isabelina John Dee. Si
alguno de sus anteriores custodios descubrió cómo leerlo, se lo guardó para sí
mismo, pero te invitamos a intentarlo a ti, si le apetece.
MISTERIOS SIN
RESOLVER
Amigos, recojo
el testigo de Mariefelita, donde este jueves vamos de misterios y buscando
he hallado este que no tiene desperdicio, vamos a ver qué tal somos de
investigadores y observando el dibujo entre todos logramos descubrir su
contenido¿qué os parece el reto de este jueves? Venga animarse a poner la
imaginación en activo.
El tema consiste
que cada uno que participe según vea el pergamino de arriba le dé una
definición bajo su punto de vista e imaginación, en cualquier modalidad, ya sea
poema, narrativa, o microrrelato. Ustedes deciden.
Ya saben las
normas, no excederse a ser posible de 350 palabras, por favor vamos a ver si
las podemos cumplir y sobre todo seamos recíprocos con los cometarios, a todos
nos gusta ser leídos.
Así pues,
comiencen a ejercitar sus mentes y aquí les espero para leerles. Ya saben
suban sus enlaces y conforme vayan llegando los pondré aquí mismo, en está
entrada
Muchas gracias,
por su compañía”.
El mundo no está
preparado
Melisa Tupelo y Paula Lowell conversaban en la productora de Industria
Científica.
-Paula, ¿qué sabés sobre el
Manuscrito Voynich? Me gustaría hacer un informe.
-Lo suficiente para contarte una historia.
“El manuscrito llegó a manos del jesuita Athanasius Kircher, quien
fracasó en descifrarlo. Aconsejó hacer
copias. Una de esas copias llegó a los antepasados de Anita Zinc”.
-¿Anita heredó el manuscrito?
Paula Lowell acarició su pelo rojizo.
-Pero soy su custodia, por ahora.
-¿Sabés de qué se trata?
-No aunque podría intentar descifrarlo, junto con Luz y Sol.
-¿Puedo ayudar en algo?
-Necesito tu discreción.
La siguiente escena se desarrolló en una dependencia de un observatorio astronómico.
-Las llamé porque son las mejores amigas de Anita, puedo confiar en ustedes.
Paula Lowell puso la copia del manuscrito sobre una amplia mesa.
-Les presento el Manuscrito Voynich. Nuestra misión será descifrarlo.
Con guantes en las manos, Paula fue pasando las páginas, hasta llegar a
unas ilustraciones de mujeres desnudas, surgiendo de tubos y sumergiéndose a
líquidos verdes.
-¿En qué podemos ayudar? –preguntó Sol.
Paula siguió pasando páginas.
-Constelaciones no registradas en la actualidad, son una clase de clave.
Que se completan con ilustraciones de plantas, la de ustedes, rodeadas de
signos,
-¡Es nuestra especialidad! –exclamó Luz.
-Por eso las necesito.
Comenzó una larga tarea. Luz y Sol
se tomaban pausas para dar amarse carnalmente. En una de esas pausas, irrumpió
Paula.
-No quería molestarlas pero hay unos primeros resultados.
Hasta que hubo unos Nuevamente, Paula fue pasando las páginas del
manuscrito.
-Hay clasificaciones botánicas, con propiedades medicinales. Luego viene
lo interesante. Mujeres que son amantes de ríos, capaces de matar por ellas,
ahogar a sus enemigos.
-Parece la historia de Anita –acotó Luz.
-Tal vez ha pasado antes –dijo Paula Lowell- Explicaría las leyendas de
ninfas.
En ese momento, Anita Zinc entró al lugar.
-Hola. Sabía que tramaban algo.
-Tenemos nuestros motivos –quiso explicar Paula.
-Comenzaron a descifrar uno de los secretos familiares, lo agradezco.
Pero debe permanecer oculto –dijo Anita, seriamente.
-¿Por qué, amiga? –preguntó Sol.
- El mundo no está preparado –contestó Anita Zinc-.
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